El arquitecto Luis Malaussena fue el proyectista y director de todo este conjunto artístico que por su alto valor arquitectónico forma parte, desde 1993, de la lista de Monumentos Históricos de la Nación. Allí, en lo más alto de la casa estaba la biblioteca y la sala de estudios de las hijas del general Eleazar López Contreras, el Presidente que creó la Guardia Nacional y el Banco Central de Venezuela. Es la única sala a la que no se puede entrar. En la Sala Menor -usada en aquella época para atender visitas cortas- hay un cuadro que representa el bautizo de Bolívar. CATEGORÍA DE PRIMERA: Hechas de materiales 100% no elásticos, puedes estar seguro de que la calidad suprema y el rendimiento de estas correas nunca te defraudarán. Unos grupos humanos se van apropiando del uso de los instrumentos y medios materiales de la comunidad y, en el transcurso del tiempo, los van incorporando como propiedad, primero de casta, luego de carácter familiar e individual. Allí se autorretrató Salas como uno de los invitados. A su lado reposa, Ismael Sánchez, mejor conocido como Ismaelito de la Corte Malandra. Como si fuese un club de amigos intelectuales, este sector también fue el hogar de Francisco Pimentel, poeta y humorista conocido como Job Pim.
Sin embargo, la comodidad, textura y suavidad de estas hamacas no son tan óptimas como las de algodón. La Piñata forma parte del conjunto urbano de San Jacinto, declarado Bien de Interés Cultural el 9 de agosto de 1979. Sin embargo, muchos desconocen su importancia y, por eso, pocos se detienen a admirar el inmueble. La montaña también tiene playa y eso lo saben muy bien en el Pirineo Aragonés. Cada hamaca es única en cuanto a color, por eso contáctanos te enviamos fotos y así eliges. Una vez se instala al bebé en la hamaca o en el columpio, se le debe poner el cinturón de seguridad para evitar que posibles caídas. Una pareja pasa sus días esperando el regreso del hijo que ha ido a la guerra; esperan mientras conversan sentados en la hamaca, en medio del monte, y esperan mientras trabajan. En 1829 la hacienda pasa a ser propiedad de José Tomás Bueno, que realiza importante mejoras, cuando por primera vez la casa es propiedad privada.
Da igual. Cada vez que arde un Judas en Caracas crepitan el enojo y la decepción de quienes cargan con la costumbre de calcinar monigotes para aliviar sus propios dramas. El nombre con el que fue bautizada en el año 2000 es casa Nuestra América José Martí. Un detalle que no le resta valor a la casa. Tiene su valor arquitectónico en los edificios que lo rodean, construidos en su mayoría en las décadas de los años cuarenta y cincuenta por constructores italianos, muchos anónimos, pero que enriquecen la memoria urbana de la ciudad. El pintor Tito Salas, por ejemplo, decoró la mayoría de las paredes. La mayoría de los muebles son los originales que usó Arturo Úslar Pietri, como se confirma en la serie de fotografías que completan las paredes del comedor, convertido en espacio museo. López Contreras contrató al arquitecto puertorriqueño, Hernando Hernández Batista, cuando finalizó su período presidencial en 1941, y le encargó entonces la construcción de una vivienda inspirada en la arquitectura de regiones como Sevilla, Andalucía y Granada. En ese terreno ubicado al comienzo de la avenida México, donde ahora hay salones, pupitres, patios, pasillos y muchos pero muchos niños, hasta principios del siglo XX había una plantación de café.
Cuando este cuentacuentos no está en “acción”, se le ve caminando por los pasillos de la universidad al paso rápido que le permite su bastón. Por los pasillos de la piñatería los padres caminan absortos entre platos y vasos de plástico de distintos tamaños y colores. Hernández Batista, con 165.000 bolívares, edificó entre mayo de 1941 y febrero de 1942 una quinta de ladrillos mampuestos y techos a dos aguas cubiertos de tejas criollas. Mercedes López de Blanco, hija del Presidente, recuerda que en la parte de abajo de la torreta estaba el despacho de su papá y para llegar arriba se subía por una escalera tipo caracol. Boulton. Pero no sería hasta 1947, cuando la casona cae en manos de don Luis Suárez Borges, que la convierten en una magnífica villa con una copiosa colección de muebles, pinturas y estatuas de los siglos XVI, XVII y XVIII. Lo recomendable para utilizar estas hamacas es colocar una manta de sofá en la superficie, es un truco casero, pero eficaz. Antes de la adopción de las hamacas navales, los marineros solían lesionarse o inclusive fallecer al caerse de sus literas o rodar por la cubierta en caso de mar gruesa. En cuanto a la longitud de su cable de alimentación y de inflado, son suficientes para que no tengas problema para alcanzar los cuatro neumáticos: tres metros en el primer caso y uno en el segundo.